sábado, 3 de marzo de 2012

Historia de la educación artística (I)

ANTIGÜEDAD

Platón Y Aristóteles son referentes filosóficos (griegos) de la reflexión sobre el interés y la orientación que debía adoptar la educación artística en la escuela. El documento más antiguo sobre los fines de la enseñanza del dibujo en la escuela es un párrafo de la obra de Aristóteles “Política”, en el que destaca que el dibujo además de ser útil da la capacidad para observar la belleza de los cuerpos.

Aristóteles
Además del carácter útil, según señalaba Aristóteles en su obra política, el dibujo daba la capacidad para observar la belleza. Aquí es importante destacar que la base del dibujo es la percepción, ya que para dibujar bien habría que previamente saber observar y percibir las formas, el movimiento, las formas geométricas, etc. en la Antigüedad por tanto se asientan las bases, con esta teoría, del dibujo como arte.
El dibujo hizo su aparición en la educación liberal durante el transcurso del siglo IV, primero en Sición y desde allí se difundió por toda Grecia. Para Aristóteles, todavía no es más que una materia optativa que sólo algunos incluyen dentro del programa normal (letras, gimnasia y música). Un siglo después, hacia el 240, esta disciplina se integrará en el cuerpo docente.










Pocos son los datos que poseemos acerca de esta disciplina. El niño aprendía a dibujar al carbón y, sin duda, también a pintar en una tablilla de boj. El dibujo se aplicaba sobre todo a la figura humana, lo cual era muy natural. En principio queda bastante claro que las artes plásticas tienen su lugar dentro de la cultura superior.




EDAD MEDIA


En Europa la pintura, la escultura, la orfebrería, etc. fueron considerados socialmente como cualificados oficios manuales, lejos de definirse como creaciones artísticas. Los talleres eran el lugar de aprendizaje de los conocimientos y habilidades de estas actividades profesionales, donde los aprendices conocían los materiales, los procesos e instrumentos para la producción de obras y objetos. El aprendizaje basado en los materiales y las técnicas se centraba en la obtención de obras perfectamente confeccionadas con los mejores materiales y no en su originalidad o innovación estilística. Son escasos los manuales o tratados para la formación de artistas que se conservan de la época, pero en ello se describían los procesos de elaboración de manera minuciosa y señalaban la importancia en este aprendizaje de una prolongada experiencia imitando el buen hacer de un reconocido profesional.
Grabado en cobre "Taller de carpintería" 


Se considera acertado el proceso implantado en esta época, ya que la experimentación dirigida y coordinada por un maestro se describe el más rápido y meticuloso proceso para la producción de elementos y/o construcciones. Sumar las aportaciones de compañeros, que agrupados en guidas enriquecen el proceso.
Se consideproducción de elementos y/o construcciones. Sumar las aportaciones de compañeros, que agrupados en guidas enriquecen el proceso.ra acertado el proceso implantado en esta época, ya que la experimentación dirigida y coordinada por un maestro se describe el más rápido y meticuloso proceso para la
El gremio era un tipo de asociación económica de origen europeo, implantada también en las colonias, que agrupaba a los artesanos de un mismo oficio, que apareció en las ciudades medievales y se extendió hasta fines de la edad moderna, cuando fueron abolidas. Surgieron como resultado de la libre asociación, a la que se hizo obligatorio pertenecer, de los artesanos de las ciudades, a partir del siglo XI, y del interés de los poderes municipales por controlar la calidad y el precio de los productos, y así evitar la competencia de artesanos extranjeros y las oscilaciones de los precios.
Los primeros gremios fueron cofradías religiosas ó semireligiosas con poco significado, con poco significado económico. Probablemente, formaron el núcleo alrededor del cual se desarrollaron los primeros municipios.
CARACTERÍSTICAS:
■ Poseían un ámbito local y carácter obligatorio.
 Divididos en escalas profesionales.
■ Fueron importantes los gremios de alfareros.
■ Estaban regidos por un estatuto especial.
■ Controlaban toda la actividad artesanal y evitaban la competencia, facilitando las materias primas a todos componentes de los gremios a los mismos precios y fijando el tipo y cantidad de productos.
 Formaban parte de cofradías.
 El horario de trabajo no era el mismo en todas las estaciones. Trabajaban más en verano y tenían más días festivos que en la actualidad. Las vísperas de festivos trabajaban menos horas.
 Los gremios de comerciantes adquirieron privilegios y poderes judiciales y legislativos en las ciudades: Los gobernantes de las grandes ciudades como Venecia, eran delegados de los gremios
 Inspirados en principios de mutualidad y religiosidad.

Las representaciones de oficio
 eran muy populares 
Su ORGANIZACIÓN era jerárquica y establecían tres categorías:
 Aprendices: Trabajaban sin sueldo de tres a seis años en el taller de un maestro conviviendo con él y aprendiendo el oficio.
 Oficiales: Artesanos especializados que cobraban salarios. Estaban guiados por un maestro.
 Maestros: Dueños de los talleres y de los instrumentos de trabajo.
El puesto de trabajo como maestro se alcanzaba tras superar una prueba, por parte de los oficiales, que consistía en realizar una “obra maestra” que demostrase su habilidad y dominio del oficio. Los maestros ponían dificultades al acceso de los oficiales a la maestría para evitar que se produjera competencia.
Las mujeres normalmente trabajaban en el campo y vendían sus productos en el mercado local, sin embargo algunas trabajaban en talleres artesanales elaborando o vendiendo productos en la tienda del taller, artesanía textil.
No podían acceder a la maestría, pero podía haber excepciones. Sin embargo la viuda de un maestro podía continuar con el taller de su marido con la ayuda de otros maestros del gremio, pero no podían tener aprendices.
Los colores oscuros y terrosos, así como
los rostros graves e inclinados destacan
el miserable entorno de la familia del
zapatero
Tuvo como objetivo conseguir un equilibrio entre la demanda de obras y el número de talleres activos, garantizando el trabajo a sus asociados, su bienestar económico y los sistemas de aprendizaje. Se ha sostenido que el gremio fue un precedente de los colegios profesionales y los sindicatos modernos. El gremio reguló todos los aspectos, materiales y espirituales, de la vida de los artistas como su información y escala laboral (contratos de aprendizaje, aprendiz, oficial, maestro, etc.), el funcionamiento de su taller (el suministro de los materiales y la supervisión de la producción) y la vida espiritual de sus miembros , gestionando prácticas de beneficencia (fundación de un hospital, cuidado de las exequias de sus miembros y de los sufragios para la eterna salvación de sus almas, cuidado de las viudas y huérfanos, y dotes o ayudas económicas).


LAS ACADEMIAS DE DIBUJO: DEL RENACIMIENTO AL ROMANTICISMO (S. XVI-XIX)

 Giorgio Vasari
Las escuelas y academias de dibujo se antepusieron al sistema escolar implantado en la actualidad. La fundación de la primera academia de dibujo de orientación profesional se ubica en Florencia de la mano del artista y tratadista de arte Giorgo Vasari (1563), y posteriormente en la academia de París (1648). Los jóvenes encaminados a las profesiones artísticas participaban en las academias de dibujo a partir de 12 años. El aprendizaje, basado en el dibujo como base de las bellas artes, seguía una secuencia de copia de láminas con nociones básicas de geometría, copia de dibujos del cuerpo humano, bajorrelieves y estatuas, dibujo al natural, etc. Además del dibujo se acompañaba con estudios de perspectiva, anatomía, proporción e historia del arte y la estética.

En la organización de academias parece acertado el establecimiento de una base procedimental y de conocimientos, referido a los estudios de perspectiva, anatomía, proporción e historia del arte y la estética, como fundamento técnico y cualificado para la instrucción.


Las academias eran instituciones destinadas a la formación de artistas. Dejando de lado las asociaciones informales y los círculos artísticos existentes en el Renacimiento italiano, es posible afirmar que la primera academia de arte propiamente dicha es la Academia de Dibujo de Florencia, creada en 1562 por el pintor, arquitecto y biógrafo italiano Giorgio Vasari, como ya señalamos. Después, la Academia de San Luca, de Roma, 1577, que tras un largo periodo de declinación es reactivada por el pintor Federico Zuccaro (1540 - 1609), en 1593. Todavía en Italia, se registra la Academia de los Progresistas (1580), de Bolonia, obra de los pintores de la familia Carracci, y la Academia de Milán, fundada por el cardenal Federico Borromeo, en 1620. 




El estudio del pintor. 
Fresco, Casa Vasari.
Florence, Italia.
El surgimiento de las academias coincide con la crisis de los ideales renacentistas expresada en el manierismo (momento de cristalización y sistematización de determinados procedimientos artísticos - maneras o estilos). Marca un cambio radical en el estatus del artista, personificado por Michelangelo Buonarroti (1475 - 1564). A partir de ahora, los artistas no se consideran más artesanos de las guildas y corporaciones, sino teóricos e intelectuales. Cabe al papa Urbano VIII, entre 1627 y 1633, establecer la autoridad de la academia y conferirles dignidad a los artistas, superando la rigurosa oposición de las guildas. Las academias garantizan la formación científica (geometría, anatomía y perspectiva) y humanística (historia y filosofía), rompiendo con la visión de arte como artesanía y con la idea de genialidad basada en el talento e inspiración individuales. Al contrario, ellas defienden la posibilidad de enseñanza de todo y cualquiera aspecto de la creación artística por medio de reglas comunicables. Además de conferir carácter oficial a la enseñanza - con clases de dibujo y observación y copia de modelos -, las academias son responsables de la organización de exposiciones, concursos, premios, periódicos y de la conservación de patrimonio, pinacotecas y colecciones, que significa el control de la actividad artística y la fijación rígida de patrones de gusto.

Inspirado en los ejemplos italianos, en París, en 1648, un grupo de pintores persuade a Luís XIV a fundar la Real Academia de Pintura y Escultura. Dirigida por el estadista Jean-Baptiste Colbert (1619 - 1683) y por el pintor y teórico del arte Charles Lebrun (1619 - 1690), la academia francesa confiere a la institución un carácter renovado. Se verifica un estrechamiento de las relaciones entre arte y poder político - la academia es financiada por el rey -, y una asociación más nítida entre el organismo y una doctrina particular. Lebrun, director de la academia en 1663, impone su ortodoxia estética sobre la base del clasicismo y en la obra del pintor francés Nicolas Poussin (1594 - 1665), actuante en Roma. La pasión por la antigüedad - revelada en los temas mitológicos, en los motivos históricos y asociada con la claridad expresiva y con la obediencia a las reglas - define el estilo de Poussin, que se convierte en el eje de la doctrina académica. Con Colbert y Lebrun, los términos bellas-artes y arte académico se incorporan al orden del día. Se presencia la creciente importancia de Francia en el mundo artístico europeo, a pesar del prestigio del que todavía disfrutan los artistas italianos, a menudo empleados por la realeza francesa. Sin subestimar la importancia de los otros grandes artistas del siglo XVII, como Diego Velázquez (1599 - 1660), Rembrandt (1606 - 1669) y Peter Paul Rubens (1577 - 1640), en 1666 Luís XIV funda la Academia Francesa en Roma, para que los franceses compartan con los italianos el estudio de las obras maestras del pasado.


En la segunda mitad del siglo XVIII, las academias se distribuyen por Alemania, España y Inglaterra, conquistando grandes y pequeñas ciudades. El siglo XVIII presencia el periodo áureo de las academias - filosóficas, científicas y literarias -, en un momento de afirmación y difusión de una cultura laica, enciclopédica y universal, y de revolución política, cuando se hace explicito el rol social del arte y, con él, el apoyo creciente del Estado a las instituciones de enseñanza artística. Si bien las críticas a la academia se acentúan en la Francia de finales del siglo, lo que conduce a su disolución en 1793, el periodo napoleónico conoce la revaloración de esas instituciones artísticas - en 1816 se crea la Academia de Bellas Artes - y la creciente vinculación de artistas. Jacques-Louis David (1748 - 1825), por ejemplo, se convierte en pintor de Napoleón, según revelan las obras creadas para glorificar los hechos del emperador (Coroação de Napoleão [Coronación de Napoleón], 1805/1807). En ese contexto preciso, Brasil recibe la Misión Artística Francesa (1816) y, con ella, tiene inicio, en 1826, la enseñanza formal del arte en el país. Nicolas Taunay (1755 - 1830), Debret (1768 - 1848), Grandjean Montigny (1776 - 1850) y otros integrantes de la misión juegan un rol destacado en la creación de la Academia Imperial de Belas Artes- Aiba [Academia Imperial de Bellas Artes].




LA EDUCACIÓN ARTÍSTICA EN EL SIGLO XIX


Durante la primera mitad del siglo XIX “el dibujo” se convierte en una asignatura obligatoria en primaria y secundaria, por lo que surge la necesidad de formar también a los profesores.


Saber diseñar ya no es prerrogativa de artistas y artesanos, si no un objetivo curricular extendido a toda la población.


El proceso de democratización de la enseñanza del dibujo está estrictamente relacionado a contingencias histórico-culturales tales como la industrialización, el nacionalismo, el neoclasicismo, el romanticismo y los ideales políticos de la época (revolución francesa, guerra de la independencia norteamericana).


En la misma época se inventa el papel sensible, un gran avance por la facilidad que ofrece en la reproducción de dibujos.

En 1855 se editan los primeros tratados forma les sobre ‘‘Dibujo Técnico” y el francés Poncelet perfecciona la técnica para la acotación de los dibujos, estableciéndose así las primeras ‘‘convenciones’’ para representar los engranajes, las roscas y otros elementos mecánicos.






La segunda mitad del siglo XIX está marcada por el pensamiento de importantes pedagogos, a los que se debe la realización de los primeros manuales para la enseñanza del dibujo.

Pestalozzi publica el primero pensado para la infancia, con el que se trabajaba al mismo tiempo la palabra, el número y el dibujo.
Las actividades que plantea están enfocadas en el aprendizaje de las denominaciones, características, semejanzas, diferencias y proporciones de elementos geométricos, además de la exacta reproducción de los mismos.



El principal objetivo de su docencia era integrar a niños de escasos recursos a la vida social, a través de la enseñanza de un oficio.

Consideraba que sus propios alumnos serían en un futuro próximo los educadores del mañana.

El educador no era concebido como una figura autoritaria: en este sentido, el docente, debía estar al servicio de las necesidades del alumno y confiaba profundamente en las capacidades del niño.

La concepción de establecimiento escolar estaba muy ligada a la enseñanza del oficio: más que escuelas eran talleres.


Según otro pedagogo, Friederich Froebel, creador del proyecto de los “jardines de la infancia”, la tarea fundamental de la escuela es proporcionar claridad en los pasos iniciales: presenta sus actividades didácticas como “regalos”, haciendo más atractivo el aprendizaje de conceptos tales como las texturas, los colores, las composiciones, la volumetría, etc.


Por lo general, los manuales publicados en esta época se basan en la copia de láminas, empezando por figuras geométrica hasta llegar a dibujos más complejos de cuerpos, animales, plantas, aplicaciones industriales, etc.




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