Platón Y Aristóteles son referentes filosóficos (griegos) de la reflexión
sobre el interés y la orientación que debía adoptar la educación artística en
la escuela. El documento más antiguo sobre los fines de la enseñanza del dibujo
en la escuela es un párrafo de la obra de Aristóteles “Política”, en el que
destaca que el dibujo además de ser útil da la capacidad para observar la
belleza de los cuerpos.
Aristóteles |
El dibujo hizo su aparición en la educación liberal durante el transcurso
del siglo IV, primero en Sición y desde allí se difundió por toda Grecia. Para
Aristóteles, todavía no es más que una materia optativa que sólo algunos
incluyen dentro del programa normal (letras, gimnasia y música). Un siglo
después, hacia el 240, esta disciplina se integrará en el cuerpo docente.
Pocos son los datos que poseemos acerca de esta disciplina. El niño aprendía a dibujar al carbón y, sin duda, también a pintar en una tablilla de boj. El dibujo se aplicaba sobre todo a la figura humana, lo cual era muy natural. En principio queda bastante claro que las artes plásticas tienen su lugar dentro de la cultura superior.
EDAD MEDIA
Su ORGANIZACIÓN era
jerárquica y establecían tres categorías:
Tuvo como objetivo conseguir un equilibrio entre la demanda de obras y el
número de talleres activos, garantizando el trabajo a sus asociados,
su bienestar económico y los sistemas de aprendizaje. Se ha sostenido que el gremio fue un precedente de los colegios profesionales y los sindicatos modernos.
El gremio reguló todos los aspectos, materiales y espirituales, de la vida de
los artistas como su información y escala laboral (contratos de aprendizaje,
aprendiz, oficial, maestro, etc.), el funcionamiento de su taller (el
suministro de los materiales y la supervisión de la producción) y la vida
espiritual de sus miembros , gestionando prácticas de beneficencia (fundación
de un hospital, cuidado de las exequias de sus miembros y de los sufragios para
la eterna salvación de sus almas, cuidado de las viudas y huérfanos, y dotes o ayudas
económicas).
En Europa la pintura, la escultura, la orfebrería, etc.
fueron considerados socialmente como cualificados oficios manuales, lejos de
definirse como creaciones artísticas. Los talleres eran el lugar de aprendizaje
de los conocimientos y habilidades de estas actividades profesionales, donde
los aprendices conocían los materiales, los procesos e instrumentos para la
producción de obras y objetos. El aprendizaje basado en los materiales y las
técnicas se centraba en la obtención de obras perfectamente confeccionadas con
los mejores materiales y no en su originalidad o innovación estilística. Son
escasos los manuales o tratados para la formación de artistas que se conservan
de la época, pero en ello se describían los procesos de elaboración de manera
minuciosa y señalaban la importancia en este aprendizaje de una prolongada
experiencia imitando el buen hacer de un reconocido profesional.
Grabado en cobre "Taller de carpintería"
|
Se considera acertado el proceso implantado en esta
época, ya que la experimentación dirigida y coordinada por un maestro se
describe el más rápido y meticuloso proceso para la producción de elementos y/o
construcciones. Sumar las aportaciones de compañeros, que agrupados en guidas
enriquecen el proceso.
Se consideproducción de elementos y/o construcciones. Sumar las aportaciones de compañeros, que agrupados en guidas enriquecen el proceso.ra acertado el proceso implantado en esta
época, ya que la experimentación dirigida y coordinada por un maestro se
describe el más rápido y meticuloso proceso para la
El gremio era
un tipo de asociación económica de origen europeo,
implantada también en las colonias, que agrupaba a los artesanos de
un mismo oficio, que apareció en las ciudades medievales y se extendió
hasta fines de la edad moderna, cuando fueron abolidas. Surgieron
como resultado de la libre asociación, a la que se hizo obligatorio pertenecer,
de los artesanos de las ciudades, a partir del siglo XI, y del interés de los
poderes municipales por controlar la calidad y el precio de los productos, y
así evitar la competencia de artesanos extranjeros y las oscilaciones de los
precios.
Los primeros gremios fueron cofradías religiosas ó
semireligiosas con poco significado, con poco significado económico.
Probablemente, formaron el núcleo alrededor del cual se desarrollaron los
primeros municipios.
CARACTERÍSTICAS:
■ Poseían un ámbito
local y carácter obligatorio.
■ Divididos en escalas profesionales.
■ Fueron importantes los gremios de alfareros.
■ Estaban regidos por un estatuto especial.
■ Controlaban toda la actividad artesanal y
evitaban la competencia, facilitando las materias primas a todos componentes de
los gremios a los mismos precios y fijando el tipo y cantidad de productos.
■ Formaban parte de
cofradías.
■ El horario de trabajo no era el mismo en todas
las estaciones. Trabajaban más en verano y tenían más días festivos que en la
actualidad. Las vísperas de festivos trabajaban menos horas.
■ Los gremios de
comerciantes adquirieron privilegios y poderes judiciales y legislativos en las
ciudades: Los gobernantes de las grandes ciudades como Venecia, eran delegados
de los gremios
■ Inspirados en principios de mutualidad y
religiosidad.
Las representaciones de oficio
eran muy populares
|
■ Aprendices: Trabajaban sin sueldo de tres a seis
años en el taller de un maestro conviviendo con él y aprendiendo el oficio.
■ Oficiales: Artesanos especializados que cobraban
salarios. Estaban guiados por un maestro.
■ Maestros: Dueños de los talleres y de los
instrumentos de trabajo.
El puesto de trabajo como maestro se alcanzaba tras
superar una prueba, por parte de los oficiales, que consistía en realizar una
“obra maestra” que demostrase su habilidad y dominio del oficio. Los maestros
ponían dificultades al acceso de los oficiales a la maestría para evitar que se
produjera competencia.
Las mujeres normalmente trabajaban en el campo y
vendían sus productos en el mercado local, sin embargo algunas trabajaban en
talleres artesanales elaborando o vendiendo productos en la tienda del taller,
artesanía textil.
No podían acceder a la maestría, pero podía haber
excepciones. Sin embargo la viuda de un maestro podía continuar con el taller
de su marido con la ayuda de otros maestros del gremio, pero no podían tener
aprendices.
Los colores oscuros y terrosos, así como
los rostros graves e inclinados destacan
el miserable entorno de la familia del
zapatero
|
LAS
ACADEMIAS DE DIBUJO: DEL RENACIMIENTO AL ROMANTICISMO (S. XVI-XIX)
Las escuelas y academias de dibujo se antepusieron al
sistema escolar implantado en la actualidad. La fundación de la primera
academia de dibujo de orientación profesional se ubica en Florencia de la mano
del artista y tratadista de arte Giorgo Vasari (1563), y posteriormente en la
academia de París (1648). Los jóvenes encaminados a las profesiones artísticas
participaban en las academias de dibujo a partir de 12 años. El aprendizaje,
basado en el dibujo como base de las bellas artes, seguía una secuencia de
copia de láminas con nociones básicas de geometría, copia de dibujos del cuerpo
humano, bajorrelieves y estatuas, dibujo al natural, etc. Además del dibujo se
acompañaba con estudios de perspectiva, anatomía, proporción e historia del
arte y la estética.
Giorgio Vasari |
En la organización de academias parece acertado el
establecimiento de una base procedimental y de conocimientos, referido a los
estudios de perspectiva, anatomía, proporción e historia del arte y la estética,
como fundamento técnico y cualificado para la instrucción.
En la segunda mitad del siglo XVIII, las academias se distribuyen por Alemania, España y Inglaterra, conquistando grandes y pequeñas ciudades. El siglo XVIII presencia el periodo áureo de las academias - filosóficas, científicas y literarias -, en un momento de afirmación y difusión de una cultura laica, enciclopédica y universal, y de revolución política, cuando se hace explicito el rol social del arte y, con él, el apoyo creciente del Estado a las instituciones de enseñanza artística. Si bien las críticas a la academia se acentúan en la Francia de finales del siglo, lo que conduce a su disolución en 1793, el periodo napoleónico conoce la revaloración de esas instituciones artísticas - en 1816 se crea la Academia de Bellas Artes - y la creciente vinculación de artistas. Jacques-Louis David (1748 - 1825), por ejemplo, se convierte en pintor de Napoleón, según revelan las obras creadas para glorificar los hechos del emperador (Coroação de Napoleão [Coronación de Napoleón], 1805/1807). En ese contexto preciso, Brasil recibe la Misión Artística Francesa (1816) y, con ella, tiene inicio, en 1826, la enseñanza formal del arte en el país. Nicolas Taunay (1755 - 1830), Debret (1768 - 1848), Grandjean Montigny (1776 - 1850) y otros integrantes de la misión juegan un rol destacado en la creación de la Academia Imperial de Belas Artes- Aiba [Academia Imperial de Bellas Artes].
LA EDUCACIÓN ARTÍSTICA EN EL SIGLO XIX
La segunda mitad del siglo XIX está marcada por el pensamiento de importantes pedagogos, a los que se debe la realización de los primeros manuales para la enseñanza del dibujo.
Las academias eran
instituciones destinadas a la formación de artistas. Dejando de lado las
asociaciones informales y los círculos artísticos existentes en el Renacimiento
italiano, es posible afirmar que la primera academia de arte propiamente dicha
es la Academia de Dibujo de Florencia, creada en 1562 por el pintor, arquitecto
y biógrafo italiano Giorgio Vasari, como ya señalamos. Después, la Academia de
San Luca, de Roma, 1577, que tras un largo periodo de declinación es reactivada
por el pintor Federico Zuccaro (1540 - 1609), en 1593. Todavía en Italia, se
registra la Academia de los Progresistas (1580), de Bolonia, obra de los
pintores de la familia Carracci, y la Academia de Milán, fundada por el
cardenal Federico Borromeo, en 1620.
El surgimiento de las academias coincide
con la crisis de los ideales renacentistas expresada en el manierismo (momento
de cristalización y sistematización de determinados procedimientos artísticos -
maneras o estilos). Marca un cambio radical en el estatus del artista, personificado
por Michelangelo Buonarroti (1475 - 1564). A partir de ahora, los artistas no
se consideran más artesanos de las guildas y corporaciones, sino teóricos e
intelectuales. Cabe al papa Urbano VIII, entre 1627 y 1633, establecer la
autoridad de la academia y conferirles dignidad a los artistas, superando la
rigurosa oposición de las guildas. Las academias garantizan la formación
científica (geometría, anatomía y perspectiva) y humanística (historia y
filosofía), rompiendo con la visión de arte como artesanía y con la idea de
genialidad basada en el talento e inspiración individuales. Al contrario, ellas
defienden la posibilidad de enseñanza de todo y cualquiera aspecto de la
creación artística por medio de reglas comunicables. Además de conferir carácter
oficial a la enseñanza - con clases de dibujo y observación y copia de modelos
-, las academias son responsables de la organización de exposiciones,
concursos, premios, periódicos y de la conservación de patrimonio, pinacotecas
y colecciones, que significa el control de la actividad artística y la fijación
rígida de patrones de gusto.
El estudio del pintor.
Fresco, Casa Vasari. Florence, Italia. |
Inspirado en los
ejemplos italianos, en París, en 1648, un grupo de pintores persuade a Luís XIV
a fundar la Real Academia de Pintura y Escultura. Dirigida por el estadista
Jean-Baptiste Colbert (1619 - 1683) y por el pintor y teórico del arte Charles
Lebrun (1619 - 1690), la academia francesa confiere a la institución un
carácter renovado. Se verifica un estrechamiento de las relaciones entre arte y
poder político - la academia es financiada por el rey -, y una asociación más
nítida entre el organismo y una doctrina particular. Lebrun, director de la
academia en 1663, impone su ortodoxia estética sobre la base del clasicismo y
en la obra del pintor francés Nicolas Poussin (1594 - 1665), actuante en Roma.
La pasión por la antigüedad - revelada en los temas mitológicos, en los motivos
históricos y asociada con la claridad expresiva y con la obediencia a las
reglas - define el estilo de Poussin, que se convierte en el eje de la doctrina
académica. Con Colbert y Lebrun, los términos bellas-artes y arte académico se
incorporan al orden del día. Se presencia la creciente importancia de Francia
en el mundo artístico europeo, a pesar del prestigio del que todavía disfrutan
los artistas italianos, a menudo empleados por la realeza francesa. Sin
subestimar la importancia de los otros grandes artistas del siglo XVII, como
Diego Velázquez (1599 - 1660), Rembrandt (1606 - 1669) y Peter Paul Rubens
(1577 - 1640), en 1666 Luís XIV funda la Academia Francesa en Roma, para que
los franceses compartan con los italianos el estudio de las obras maestras del
pasado.
En la segunda mitad del siglo XVIII, las academias se distribuyen por Alemania, España y Inglaterra, conquistando grandes y pequeñas ciudades. El siglo XVIII presencia el periodo áureo de las academias - filosóficas, científicas y literarias -, en un momento de afirmación y difusión de una cultura laica, enciclopédica y universal, y de revolución política, cuando se hace explicito el rol social del arte y, con él, el apoyo creciente del Estado a las instituciones de enseñanza artística. Si bien las críticas a la academia se acentúan en la Francia de finales del siglo, lo que conduce a su disolución en 1793, el periodo napoleónico conoce la revaloración de esas instituciones artísticas - en 1816 se crea la Academia de Bellas Artes - y la creciente vinculación de artistas. Jacques-Louis David (1748 - 1825), por ejemplo, se convierte en pintor de Napoleón, según revelan las obras creadas para glorificar los hechos del emperador (Coroação de Napoleão [Coronación de Napoleón], 1805/1807). En ese contexto preciso, Brasil recibe la Misión Artística Francesa (1816) y, con ella, tiene inicio, en 1826, la enseñanza formal del arte en el país. Nicolas Taunay (1755 - 1830), Debret (1768 - 1848), Grandjean Montigny (1776 - 1850) y otros integrantes de la misión juegan un rol destacado en la creación de la Academia Imperial de Belas Artes- Aiba [Academia Imperial de Bellas Artes].
LA EDUCACIÓN ARTÍSTICA EN EL SIGLO XIX
Durante la primera
mitad del siglo XIX “el dibujo” se convierte en una asignatura obligatoria en
primaria y secundaria, por lo que surge la necesidad de formar también a los
profesores.
Saber diseñar ya no es prerrogativa de artistas y
artesanos, si no un objetivo curricular extendido a toda la población.
El proceso de democratización de la enseñanza del
dibujo está estrictamente relacionado a contingencias histórico-culturales
tales como la industrialización, el nacionalismo, el neoclasicismo, el
romanticismo y los ideales políticos de la época (revolución francesa, guerra
de la independencia norteamericana).
En la misma época se inventa el papel sensible, un
gran avance por la facilidad que ofrece en la reproducción de dibujos.
En 1855 se editan los primeros tratados forma les
sobre ‘‘Dibujo Técnico” y el francés Poncelet perfecciona la técnica para la
acotación de los dibujos, estableciéndose así las primeras ‘‘convenciones’’
para representar los engranajes, las roscas y otros elementos mecánicos.
La segunda mitad del siglo XIX está marcada por el pensamiento de importantes pedagogos, a los que se debe la realización de los primeros manuales para la enseñanza del dibujo.
Pestalozzi
publica el primero pensado para la infancia, con el que se trabajaba al mismo
tiempo la palabra, el número y el dibujo.
Las actividades que plantea están
enfocadas en el aprendizaje de las denominaciones, características, semejanzas,
diferencias y proporciones de elementos geométricos, además de la exacta
reproducción de los mismos.
El principal objetivo de su docencia era integrar a niños de escasos recursos a la vida social, a través de la enseñanza de un oficio.
Consideraba que sus propios alumnos serían en un futuro próximo los educadores del mañana.
El educador no era concebido como una figura
autoritaria: en este sentido, el docente, debía estar al servicio de las
necesidades del alumno y confiaba profundamente en las capacidades del niño.
La concepción de establecimiento escolar estaba
muy ligada a la enseñanza del oficio: más que escuelas eran talleres.
Según otro pedagogo, Friederich Froebel, creador del proyecto de los “jardines de la infancia”, la tarea fundamental de la escuela es proporcionar claridad en los pasos iniciales: presenta sus actividades didácticas como “regalos”, haciendo más atractivo el aprendizaje de conceptos tales como las texturas, los colores, las composiciones, la volumetría, etc.
Por lo general, los manuales publicados en esta época se basan en la copia de láminas, empezando por figuras geométrica hasta llegar a dibujos más complejos de cuerpos, animales, plantas, aplicaciones industriales, etc.
No hay comentarios:
Publicar un comentario